Tiempo de Adviento, adviene la Vida, se acerca la Paz, irrumpe la Justicia, el Grano se pudre en el Surco, fermenta y germina, en el silencio de la Tierra, ¡oh MARÍA!, surco y Tierra de DIOS, dócil y fecunda, en obediencia, en abandono, en entrega total, absoluta, martirial.
Adviento eres Tú, Madre de la esperanza, en ti viene el SEÑOR, nuestro libertador, nuestro Futuro. El hombre tiene sed, hambre, necesidad de Ti.
Oh, Puerta y Escalera por donde llegamos a DIOS, por donde DIOS llega a nosotros, humano, humilde, siervo, hermano, con rostro de amigo y de Padre. Oh, Virgen humilde y pequeña, pobre y misericordiosa, Virgen de la Buena Esperanza, del Buen Amor, transida de Luz, colmada de DIOS. Estrella del adviento, camino y Puerta, Casa y Cuna, donde mi vida se remansa, y en la belleza de tu sonrisa, en el brillo de tus ojos, en la infinita serenidad de tu presencia.
“Ruega Señora por mí y por todos nosotros”
Amén.
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